Factores que afectan la productividad y rentabilidad de una granja porcina (Parte 1)

Autor: Mg.Sc. José Cadillo Castro

            Catedrático en la Fac. de Zootecnia de la UNALM

El principal indicador de productividad de una granja porcina es la cantidad de kg de carne producida por marrana al año, el mismo que depende de los cuatro factores en los que se sustenta la producción animal, como son: la genética, el manejo (donde se considera las instalaciones, equipos, manejo reproductivo, entre otras actividades), la alimentación y la sanidad. Estos factores son igual de importantes y están estrechamente relacionados y hay una dependencia entre ellos; además hay que tener presente que la eficiencia del uso de los recursos implicados en éstos, depende en gran medida del recurso humano. Por otro lado, es imperativo que la producción porcina se deba desarrollar en un contexto donde se ponga en práctica los principios de bienestar animal, el cuidado del medio ambiente y la producción de productos de calidad e inocuos para la salud (Figura 1).

Otro indicador de productividad, no menos importante que el anterior, es el número de lechones destetados por marrana por año, conocido como productividad numérica del hato reproductor (Figura 2). Éste sirve de base para producir una mayor o menor cantidad de kg de peso vivo o carne por marrana al año, cantidad que dependerá de la calidad de trabajo que se haga en la etapa de crecimiento-acabado. En esta etapa del ciclo productivo, hay indicadores que tienen gran relevancia productiva y económica: la mortalidad, el peso de beneficio, el rendimiento en carcasa, la conversión alimenticia y la velocidad de crecimiento. Actualmente, gracias a que los cerdos son más magros, más eficientes en el uso del alimento, entre otras características y además porque el mercado lo exige, el peso al beneficio es cada vez mayor (125 kg a más); lo cual es beneficioso para el productor, ya que disminuye sus costos fijos unitarios y está más cerca del óptimo económico de comercialización de la mayoría, sino de todas, las granjas de nuestro país.

Figura 1. Factores que afectan la productividad de una granja porcina

El número de lechones destetados por marrana por año (D/M/A) se obtiene multiplicando el número o tamaño de camada al destete por el número de partos por marrana por año (Figura 2). Las granjas tecnificadas logran superar los 30 destetados, inclusive algunas superan ya los 35. En la publicación -Análisis de la Industria Porcina en Latinoamérica, trimestre 2, 2021, se reporta 32.12 D/M/A de 58 granjas Top 25% ubicadas en México, Centro América, Colombia, Perú y Bolivia. El límite máximo lo pone la capacidad genética de las cerdas modernas, los porcicultores tienen un gran reto, la valla puesta por los genetistas es bastante alta, hay granjas que reportan 38 destetados, muy cerca a los 40 que se tiene como objetivo para la presente década.

Nacidos totales (prolificidad): Éstos vienen aumentando año tras año, sobre todo en las dos últimas décadas, gracias al uso: de herramientas informáticas (BLUP), marcadores genéticos y últimamente al uso de la selección genómica. Asimismo, desde hace ya algunos años, los porcicultores disponen de marranas hiperprolíficas, con las cuales se ha dado un gran salto cuantitativo en el número de nacidos totales.

Los componentes involucrados en el tamaño de la camada al nacimiento, llamado también total de nacidos, están: la tasa de ovulación (representa el tamaño potencial de la camada, tiene una heredabilidad media, 0.40; lo que hace posible su incremento por selección); la tasa de fertilización (porcentaje de óvulos liberados que son fertilizados, que depende de muchos factores, entre ellos la calidad del semen y el momento óptimo de la inseminación) y la mortalidad embrionaria y fetal (si consideramos como obvio el adecuado manejo y alimentación post servicio y durante la gestación; ésta ha disminuido gracias al mayor tamaño de los cuernos uterinos de las marranas modernas, lo que disminuye la competencia embrionaria y provee de mayor espacio para un mayor número y desarrollo de los fetos). Nacidos vivos: El principal factor que lo afecta son las muertes al nacimiento (muertes intrapartum), que pueden llegar al orden del 10%. Puede ser significativamente disminuido con una oportuna y adecuada atención durante el parto por parte de personal entrenado y comprometido con su labor.

Figura 2. Factores que influyen en el número de destetados por marrana por año.

 

Mortalidad pre destete: Depende de varios factores, donde destacan: el peso al nacimiento, el adecuado consumo de calostro (más de 200 cc/lechón) y de leche, el enfriamiento y el aplastamiento. Un bajo peso al nacimiento aumenta la mortalidad durante la lactación (Figura 3) y en las etapas de recría y crecimiento-acabado (Figura 4); además condiciona la vida productiva de los lechones hasta el sacrificio (Cuadro 1).

 

Hay tres tipos de lechones de bajo peso al nacimiento: los que presentan retraso en el crecimiento intrauterino (CIR) cuya probabilidad de mortalidad es alta y su futuro productivo está muy comprometido; los lechones pequeños que generalmente van a sufrir un retraso en el crecimiento y quedarán rezagados, y los lechones pequeños que en etapas posteriores se recuperan y pueden incluso alcanzar pesos similares a los lechones que nacieron con buenos pesos, evidenciándose el crecimiento compensatorio.

Por otro lado, el peso umbral, que sirve como referencia para calificar a un lechón como de bajo peso, es variable (1.0 a 1.1 kg), depende de la prolificidad y de la mortalidad de referencia. Los lechones con un peso menor al peso umbral tienen una probabilidad de casi 5 a 6 veces mayor de morir que los más pesados; por lo tanto se debe poner en práctica estrategias dirigidas a reducir la incidencia de lechones con pesos iguales o inferiores al peso umbral; con lo cual se mejorará la supervivencia de los lechones. Asimismo, el bajo peso al nacimiento no sólo incrementa la mortalidad durante la lactación, sino también en las etapas siguientes (Figura 4). Partos/marrana/año.

 

Cuadro 1. Efecto del peso al nacimiento sobre el peso a los 160 días de edad.

 

Lactación: Actualmente tiene una duración de 21 a 28 días, cada vez hay un mayor número de granjeros que optan por los 24 días. Hay que tener presente que a mayor edad de los lechones al destete, se tendrá un mayor peso de éstos, menor estrés y más rápida adaptación a la etapa de recría. Días No Productivos (DNP): Es el componente más variable y el que más incide en la duración del ciclo productivo y por lo tanto en el número de partos/marrana/año.

Como bien se sabe los DNP o días vacíos son aquellos días en que las cerdas (nulíparas en edad reproductiva y multíparas) no están gestando ni lactando, incurren en gastos sin retribución económica alguna; afectan tanto la eficiencia productiva como la rentabilidad de la granja, por lo que se debe tratar que sean la menor cantidad posible. Asimismo, se ha demostrado que disminuir los DNP es la manera más rápida y sencilla de mejorar la productividad numérica del hato reproductor, que una reducción de la mortalidad de lechones o el incremento de la prolificidad.

Intervalo pre cubrición: Se da en dos grupos: en gorrinas de reemplazo (nulíparas en edad reproductiva) y en las marranas (multíparas). En el primer grupo, se considera al intervalo durante el cual las gorrinas ya están listas para su primera cubrición, hasta que sean cubiertas. Para reducir este intervalo es importante la selección de hembras sexualmente precoces, así como el estímulo de la pubertad temprana y la correcta detección de celos, entre otras acciones. En el segundo grupo, se considera el intervalo destete-celo, el mismo que debería ser prácticamente coincidente con el intervalo destete-cubrición, pero no los es porque hay varios factores que la afectan: condición corporal de la marrana al destete, duración de la lactación, tamaño de la camada al destete, temperatura, correcta detección de celos, etc. Es intervalo que mayor incide en los DNP, por lo que es necesario identificar que factor está incidiendo negativamente para hacer las correcciones del caso.

Intervalo post cubrición: Es el intervalo comprendido desde la cubrición hasta que la hembra es detectada como no preñada (repeticiones de celo regulares o irregulares, diagnóstico de preñez negativo, abortos, etc.). Incluye el periodo desde que la cerda se detecta como vacía hasta su posterior cubrición. La recela con el verraco es de mucha utilidad para disminuir los días de este intervalo.

Intervalo antes de la saca: Es el intervalo que comprende desde el momento que se decide dar de baja (saca) a la cerda hasta que ésta sale físicamente de la granja. Hay situaciones en que las cerdas dadas de baja permanecen en la granja por algunos días, incurriendo en gastos; debido a veces a una mala planificación o simplemente porque se espera que haya espacio en los camiones que llevan cerdos a los centros de beneficio. Este intervalo será más significativo en la medida que la saca de marranas sea más alta y que haya demoras en identificar las cerdas que serán dadas de baja.

Cálculo de los DNP: Para su cálculo se usa la fórmula:
DNP= 365 – [Partos/marrana/año x (Duración Gestación + Duración Lactación)]
Ejemplo:
Partos/marrana/año : 2.4
Duración gestación : 115 días
Duración lactación : 24 días
DNP = 365 – [2.4 x (115 + 24)]= 31 días

En el cuadro 2, se consigna la influencia de los DNP sobre el número de lechones destetados/marrana/año, donde se puede observar claramente su efecto. Asimismo, el porcentaje de cerdas inactivas (nulíparas y multíparas) y las repetidoras incrementan significativamente los DNP. Por otro lado, hay que tener en cuenta que los DNP no están relacionados con la mejora genética, sino con el manejo integral de las gorrinas de reemplazo y las marranas.

Los pasos a seguir en el análisis de los días no productivos se pueden resumir en (figura 2):

• Conocer el valor total de los DNP y el desglose en cada uno de sus componentes. Comparación con los objetivos.
• Aplicación de medidas de corrección para reducir aquellos intervalos que estén por encima del objetivo.
• Identificación de las cerdas que a cumulan un mayor número de DNP para su posterior eliminación.

El número de días no productivos (DNP) es un indicador económico importante en los sistemas de producción de cerdos comerciales, porque las cerdas con DNP largos aumentan los costos de mantenimiento, hacen un uso menos eficiente de la infraestructura y el equipo, y reducen la rentabilidad. DNP se definen comúnmente como el número de días en que las cerdas no están gestantes, ni en lactancia, lo que se asocia negativamente con la eficiencia reproductiva y la rentabilidad.

Los días no productivos (DNP), llamados también días vacíos, son aquellos días en los que las cerdas (nulíparas en edad reproductiva o multíparas) no están ni gestando ni lactando. Son días económicamente negativos para la granja, ya que solo generan gastos (alimento, mano de obra, medicinas, etc.).

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