La Peste porcina africana no es solo un problema chino

El virus de la PPA es particularmente agresivo, llega a causar la mortalidad del 100% de los efectivos expuestos, y muy difícil de controlar porque, hasta la fecha, no ha podido desarrollarse vacuna alguna.

Escribe: Dr. Juan Pascual – Experto en sanidad animal

Un virus mortal anda suelto. Ya se ha cobrado la vida de millones, y la ciencia no encuentra ni vacuna ni antídoto. Avanza imparable ante la impotencia de las autoridades. Muchos lo daban por extinto, una curiosidad exótica recluida en su África de origen. Hoy amenaza al mundo.

Puede que las líneas anteriores les recuerden algún inicio de novela de ciencia ficción de tintes apocalípticos. Sin embargo, no se trata de inventiva, sino de una realidad muy actual.

Afortunadamente, el virus en cuestión no infecta al ser humano, sino a los cerdos, pero eso no quiere decir que seamos inmunes a sus consecuencias.

El virus de la Peste porcina africana (PPA) ha vuelto. En realidad, nunca se fue. Los primeros en sufrir sus consecuencias fueron los colonos que intentaron criar cerdos en África.

Una peste mortal acabó con su ganado de manera fulminante. Acababa de hacer su debut para la ciencia un virus que aún hoy trae de cabeza a los expertos. No tardó en hacer su aparición en Europa, concretamente en la península ibérica. Los restos del catering de un avión fueron la vía de entrada. El ganado siempre ha tenido una función recicladora, aprovecha lo que nosotros desechamos.
Los restos del menú de un vuelo, a buen seguro contaminados con el virus, diseminaron el agente mortal. Nos costó tres décadas acabar con el, y hoy vuelve a llamar a las puertas del viejo continente. Sus huestes han llegado hasta Bélgica.

El virus de la PPA es particularmente agresivo, llega a causar la mortalidad del 100% de los efectivos expuestos, y muy difícil de controlar porque, hasta la fecha, no ha podido desarrollarse vacuna alguna.

El virus es muy grande, complejo, con muchas proteínas inmunogénicas y, si bien, algunas generan anticuerpos, estos no tienen capacidad neutralizante.

Síntomas y lesiones características de la PPA.

Además, ataca al sistema inmune, lo que compromete el desarrollo de una inmunidad eficiente. Por otra parte, las pocas vacunas experimentales utilizadas han presentado importantes efectos secundarios. Y es que, cuando hay vacunas, estas funcionan, pero cuando no las hay, se echan de menos porque no nos queda más remedio que identificar a los portadores y sacrificarlos.

Para dificultar más las cosas, algunas especies de garrapatas actúan como portadoras y perpetúan la infección en los jabalíes.
El virus estaba circunscrito al continente africano (y a la isla de Cerdeña, de donde nunca se erradicó) hasta 2007, cuando arriba al Cáucaso.

La producción familiar, el uso de restos urbanos como alimento de los cerdos, el movimiento no controlado de animales, la falta de políticas sanitarias hizo inevitable el asentamiento del virus en aquellos territorios.

La bomba se estaba cebando. China, el gigante asiático, es el mayor productor mundial de cerdos. Más de 500 millones al año de animales son consumidos allá. La mitad de la cabaña mundial.
Y si bien, existe en aquel país una pujante industria ganadera, la mitad de los animales crecen aún en el patio de las casas más humildes.

Los puercos son los encargados de transformar las frutas podridas, las peladuras de los tubérculos o las cáscaras de huevos en proteína de alta calidad.

La PPA está arrasando con el medio de vida, con el bocado, con el plato caliente de millones de chinos desde que hiciera su irrupción en el 2018.

En los últimos doce meses, el precio del kilo de cerdo ha subido un 50%. No infecta a los humanos, pero a muchos puede conducirles al hambre o directamente a la muerte. Si los animales enferman, los ganaderos callan y el virus sigue su imparable avance.


Hoy la PPA se extiende por prácticamente todos los países del continente.

Millones de cerdos están siendo sacrificados, tan sólo en Vietnam, ya van más de dos millones de animales sacrificados en las pocas semanas desde que el virus hizo su aparición allí.

Ironías de la historia, el año actual es el año del cerdo en el calendario chino, asociado siempre a la buena fortuna.

Al impacto económico hay que añadir el impacto cultural. El cerdo es un animal muy arraigado a la cultura china. De hecho, la palabra casa se escribe, en el antiguo ideograma chino, igual que la palabra cerdo, pero con un techo. No se concibe en el agro mandarín un hogar sin la presencia de los suínos.

La hecatombe no ha hecho más que comenzar, y sus repercusiones, como ondas sísmicas, no se van a limitar a aquella región. Tendrán impacto global.

La disminución de la cabaña en Asia ya supera a las toneladas totales de carne de cerdo exportadas en todo el mundo.

Indudablemente, habrá un aumento de los precios muy importante.
China va a seguir importando, tiene que alimentar a su gente, y la carne que los chinos quieren es la de cerdo.

De hecho, en España, el precio del kilo está muy cerca de los máximos históricos que se vivieron durante la crisis de las vacas locas.

Por otra parte, los precios de la soja bajan, hay muchos millones de cerdos que faltan.

La Europa occidental, con servicios veterinarios muy cualificados y explotaciones porcinas con un altísimo control sanitario está, de momento, libre de la amenaza.

Los pocos brotes surgidos en Bélgica o Polonia se han dado en animales silvestres. Si se mantienen las medidas de control podremos mantenernos a salvo, pero no hay que descuidarse.
La aparición de la PPA en ganado de producción supondría el colapso de la industria, no solo por los animales que morirían como consecuencia de la infección, sino porque supondría el cierre de fronteras y el fin de las exportaciones.

La erradicación, como bien sabemos, es lenta y muy costosa.
Pero, no hay que perder la esperanza, la ciencia sigue avanzando y es probable que en breve pueda llegar al mercado la tan ansiada vacuna.

Recientemente, un equipo de veterinarios españoles, con el Profesor Sánchez-Vizcaíno a la cabeza, anunciaron la próxima salida al mercado de una vacuna oral para prevenir la enfermedad en jabalíes. Los resultados preliminares son muy prometedores.

Los microorganismos siempre vuelven. La PPA, erradicada de Europa hace décadas, vuelve con fuerza, y está diezmando Asia hoy.

Al fin y al cabo, seguimos dependiendo de los animales para alcanzar altas cuotas de bienestar, y su pérdida es un cataclismo, especialmente para los más pobres. Conviene no olvidarlo.

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