Artritis en cerdos

Autor: Ana del Cura
Veterinaria

Las artritis infecciosas en el ganado porcino normalmente tienen un origen sistémico y se manifiestan como poliartritis, produciendo un retraso en el crecimiento, obligando a eliminar animales de la explotación y provocando el decomiso de canales o de alguna de sus partes.

Los patógenos involucrados son fundamentalmente bacterianos. Aunque, en lechones destacan Streptococcus suis y Mycoplasma hyosynoviae, también tenemos que considerar otros agentes: Streptococcus spp., Arcanobacterium pyogenes, Staphylococcus hyicus, Staphylococcus aureus., Haemophilus parasuis, Erysipelothrix rhusiophatiae y Chlamydia psitacci. En el matadero, la mayoría de las artritis observadas y decomisadas están producidas por Erysipelothrix rhusiopathiae y Arcanobacterium pyogenes. La mayoría de estos patógenos pasan de la madre al lechón por vía respiratoria, o incluso en el canal del parto. La falta de inmunidad o alguna situación inmunodepresora facilitará la bacteriemia y finalmente la poliartritis. Otras bacterias pueden alcanzar la sangre y la articulación a través del corte de colas o de dientes, por inoculaciones contaminadas, o a través de lesiones cutáneas o lesiones en la articulación.

Streptococcus suis

Streptococcus suis es una bacteria presente en la mayoría de las explotaciones porcinas, sin embargo, no siempre desencadena cuadros clínicos evidentes. De los 35 serotipos descritos hasta el momento, el más frecuente en lechones lactantes es Streptococcus suis tipo 1 que produce lesiones crónicas.

Streptococcus suis tipo 14, aunque menos frecuente, también causa brotes agudos de artritis que cursan con mucho dolor. Las infecciones por estreptococos han sido típicas de la fase de transición (3-7 semanas de vida) y es donde tienen su mayor protagonismo. No obstante, en los últimos años, se presentan en lechones cada vez más jóvenes, donde predominan la forma artrítica y septicémica, y en edades más tardías con cuadros fundamentalmente de tipo nervioso. Una vez que se produce la infección, S. suis puede provocar artritis o poliartrtitis y, si la septicemia es importante, cuadros que van desde poliserositis o encefalitis, hasta endocarditis y muerte súbita; este último cuadro sobre todo en cebo.

La transmisión de S. suis es inicialmente vertical -de la cerda al lechón- durante el parto (a través de la vagina, pero también a través de la piel y la saliva en los primeros momentos tras el nacimiento), y posteriormente horizontal, por las prácticas de manejo en las salas de parto y en las lechoneras.

Existen una serie de pautas a seguir en el caso de artritis por S. suis:

• Limpiar y desinfectar los locales y asegurar una buena ventilación.

• Suspender el corte de comillos.

• Cortar los rabos mediante termocauterización.

• Tras el parto, desinfectar los ombligos con solución de yodo u otro desinfectante.

• En camadas grandes, hacer una revisión de las lactancias separando lechones, para asegurarse que todos los lechones reciben calostro de su madre.

• Evitar los traumatismos, especialmente en las rodillas, partas y cola. En muchas explotaciones el mal estado el suelo es origen de infecciones.

• Utilizar autovacunas en lechones para cepas homológas. En el caso de usar vacunas comerciales, tener presente que son efectivas para conferir inmunidad frente a la infección por los serotipos 1 y 2.

M. hyosynoviae

M. hyosynoviae es un habitante normal de las vías respiratorias, nariz, faringe, traquea y bronquios, facilitando dicha colonización la difusión aerógena del agente. La poliartritis producida por este patógeno se caracteriza clínicamente en su forma aguda por cojera súbita, rigidez, dolor y deformación articular (particularmente en extremidades traseras) en cerdos de entre 8 y 30 semanas. Es muy raro en animales mayores, porque estos desarrollan una fuerte inmunidad como resultado de la exposición continuada al organismo. Las cerdas adultas pasan esta inmunidad a su descendencia en el calostro. Esta inmunidad maternal desaparece gradualmente en algunas semanas. La artritis puede afectar a una o varias articulaciones y se encuentran con frecuencia en el hombro, codo, rodilla y la articulación del corvejón. El cuadro clínico puede resolverse espontáneamente sin dejar secuelas, o bien progresar hasta producir lesiones severas en el cartílago articular. Es recomendable el uso de autovacunas en los lechones.

Erysipelothrix rhusiopathiae

En el cerdo Erysipelothrix rhusiopathiae desencadena cuadros septicémicos, cutáneos y crónicos, asentados estos últimos en articulaciones y válvulas cardíacas. El agente persiste de forma latente, principalmente en las tonsilas, incluso en los animales vacunados. La inflamación crónica de las articulaciones produce fibrosis severa y la destrucción de los cartílagos articulares. La protección que confieren las vacunas frente a casos crónicos (artritis) es variable.

La pauta es la siguiente:

• Primerizas: dos dosis antes de la primera cubrición.

• Multíparas: revacunación después de cada parto durante la lactación.

• Verracos: vacunación y revacunación después de la introducción. Revacunación cada 6 meses.

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