Propuesta de manejo para el control de granjas con problemas respiratorios (Parte I)
Escribe: Dr. Manuel Albetis
Profesor principal FMV - UNICA­­

Situación sanitaria en granja

Cerdos criados en áreas con gran densidad, flujo continuo, tienen un mayor riesgo de ser infectados con el Síndrome reproductivo y respiratorio (PRRS) e influenza porcina, debido al desprendimiento de aerosol del virus.

Por esto, es importante implementar estrategias para reducir la propagación del virus del PRRS e influenza dentro y entre los corrales para minimizar los riesgos, especialmente en los recién destetados y en la bajada a los 70 días de edad.

Dentro de la granja ya se tiene un caso de epidemia para enfermedades respiratorias, en este caso para PRRS e influenza porcina.

Se le considera una epidemia por ser una enfermedad que se propaga durante un cierto período de tiempo en una granja o zona geográfica, y que afecta a muchos animales. Incluso, se le puede considerar una pandemia. Aunque los virus son conocidos, los animales no tienen ningún tipo de inmunidad que los proteja y el 100% de ellos se enferman, ya sea con PRRS o influenza, acompañados por infecciones secundarias (Haemophilus, Bordetella, Mycoplasma, etc).

El uso de vacuna para el control de PRRS

Cuando en una granja se presenta el problema de PRRS o un brote de influenza, la pregunta es “¿qué intervenciones puedo implementar para minimizar las pérdidas de producción?”. Más del 30% de pérdida del costo total se está produciendo. Entonces, lo más importante es regresar inmediatamente a lo que era antes del proceso epidémico.

El Dr. Daniel Linhares en la Universidad de Minnesota ha evaluado el impacto del uso de dos protocolos de exposición / homogenización. Las granjas que utilizaron el uso de vacuna viva atenuada volvieron rápidamente a su producción anterior y tuvieron la mitad de las pérdidas totales en cerdos destetados, en comparación con las granjas que utilizan la inoculación de virus vivo.

En el caso de la granja es importante minimizar las pérdidas de producción, ya que esto llevaría a cerrar la granja por problemas económicos, como ha ocurrido con muchas granjas.

La pérdida de ganancia es de 15 soles por cerdo (el costo incluye pérdida de rendimiento y el costo de medicación), y la pérdida se debe más que todo a los menos kilos de carne por cerdo.

La autovacuna con virus vivo atenuado puede ser una herramienta importante para ayudar a que la granja se encarrile y vuelva a sus niveles de producción deseada después de un problema de pandemia por PRRSV.

Cuando se vacuna contra PRRS. Según los estudios realizados, indican que cuando se vacuna a los cerdos en solo 17 días se encuentran menos aerosoles positivos, y a los 30 días ya no se encuentran aerosoles positivos, comparado con los no vacunados.
Según Enric Mateu, “en general, la vacunación es el método más rápido y fácil para estabilizar una granja”.

La vacunación frente a PRRSV puede utilizarse por cuatro motivos distintos: a) detener un brote, b) aclimatar a las cerdas de reposición, c) recordatorio para las cerdas, d) inmunizar a los lechones. Vamos a revisar estos usos.

a) Vacunación de emergencia

Cuando se produce un brote reproductivo de PRRSV, la fase inicial dura entre 1 y 4 meses, y en el caso de esta granja el problema es persistente, aunque no como un brote, y esto es porque no se lleva a cabo ninguna intervención. Por lo tanto, el objetivo principal debe ser minimizar el impacto de la enfermedad. Esto puede conseguirse mediante una vacunación de emergencia de las cerdas. Esta estrategia pretende inducir un nivel basal de inmunidad frente al virus en todas las cerdas presentes al mismo tiempo.

Para realizar una vacunación de emergencia con éxito deben tenerse varios puntos en cuenta:

• Primero

Cuanto antes mejor. Debe tenerse en cuenta que el desarrollo de la inmunidad tras la vacunación tardará unas 3 semanas. De este modo, cuanto más se retrase su administración, mayor proporción de cerdas infectadas tendremos.

• Segundo

La vacunación de emergencia frente a PRRSV solo debe realizarse con vacunas vivas modificadas (atenuadas). Se ha demostrado que la primoinmunización es más rápida y más potente con vacunas vivas. Sin embargo, debe recordarse que las vacunas vivas se replican en el animal, por lo que las cerdas se convertirán transitoriamente en virémicas tras la vacunación (hay que tenerlo en cuenta a la hora de interpretar los resultados de PCR en las semanas posteriores a la vacunación).

Además, si se aplica a finales de la gestación, pueden nacer lechones virémicos (aunque, sin consecuencias clínicas).

b) Vacunación para aclimatar a las cerdas de reposición

La aclimatación de cerdas de reposición libres de PRRSV es mejor mediante la vacunación. Por esto, debe considerarse siempre una primera vacunación con una vacuna viva y un análisis serológico de las nulíparas a los 14 días para ver si han sido correctamente vacunadas.

En algunos casos, cuando la presión de infección en la granja de destino es elevada, puede considerarse una revacunación 4 semanas después de la primera y, al menos, 3 semanas antes de la primera inseminación.

Si las cerdas de reposición son serológicamente positivas a PRRS debido a una infección previa en su juventud, una dosis única será suficiente (de nuevo con vacuna atenuada para asegurar una inmunidad elevada). Recuerda: la primera inmunización debe realizarse siempre con una vacuna viva.

c) Recordatorios para cerdas

La vacunación de recuerdo puede hacerse con vacuna viva o inactivada. En ambos casos, los protocolos más habituales tienen en cuenta 3 (en algunos casos 4) vacunaciones / año, normalmente con aplicación en sábana. Para la selección de las vacunas debe considerarse el propio riesgo de infección.

d) Vacunación de lechones

La vacunación de lechones ha sido controvertida durante muchos años en muchos aspectos. Para entender cómo y cuándo puede ser de utilidad, es importante recordar que si nacen lechones virémicos, la vacunación de esos animales no tiene utilidad. Además, debe considerarse que al menos se necesitan 3 a 4 semanas para el desarrollo de la inmunidad. En otras palabras, la vacunación de

lechones debe aplicarse cuando, en granjas estables frente a PPRSV, aparece un brote tras las 6 a 7 semanas de edad. Si los destetados se infectan antes, el éxito de la vacunación será, probablemente escaso.

Vacuna inactivada contra influenza porcina (autovacuna)
Según Vicent AL et al., en 2017, indica que las pérdidas económicas debidas a las infecciones por el virus de la influenza A (IAV) son importantes y constituyen un problema mundial, y se encuentran entre los tres principales desafíos de salud en la industria porcina.

Actualmente, los subtipos H1 y H3 circulan en cerdos asociados globalmente con diferentes combinaciones de subtipos N1 y N2. Sin embargo, el origen, la constelación de genes y la composición antigénica de IAV varían enormemente en diferentes continentes.
La vacunación es uno de los medios para mitigar los efectos de la enfermedad de IAV, y las vacunas son más efectivas si las cepas incluidas coinciden estrechamente con las cepas actualmente en circulación en los cerdos.

Debido a que este virus es capaz de lograr variación antigénica y genética, como ocurre con PRRS, se recomienda desarrollar sus propias autovacunas. Normalmente la vacunación se lleva a cabo en las cerdas para generar anticuerpos maternales que sean transferidos a sus camadas vía calostro, aunque ocasionalmente también se vacunan los cerdos de engorde.

Pese a que hay varias vacunas completamente autorizadas, no se actualizan con la misma rapidez con la que el virus evoluciona antigénicamente. Esto puede generar una protección subóptima contra cepas antigénicamente distintas.

Vacunación frente a influenza en la especie porcina

En Estados Unidos sí está autorizada la producción de autovacunas a base de virus, por lo que el uso de autovacunas para influenza porcina es habitual.

Ahora, si bien se encuentra prácticamente en todas las explotaciones porcinas y en muchas de ellas, es probable que se mantenga de forma endémica. La situación de los clásicos periódicos ha cambiado (una vez al año o incluso cada más tiempo). Esto es válido para todas las enfermedades virales, se presenta la explosión vírica por alguna falla durante la inmunización y la incidencia de la enfermedad se eleva la mortalidad, y luego los animales se inmunizan y se estabiliza la enfermedad hasta otro período, donde de nuevo se presenta la enfermedad.

Por otra parte, la situación se agrava, ya que los lechones que obtienen buena inmunidad materna no generan anticuerpos contra la enfermedad, y agotan su inmunidad pasiva cuando se infectan, permaneciendo susceptibles posteriormente. Los lechones que no obtienen una inmunidad se infectan en la fase de lactación.

Todo esto se complica cuando estos lechones con distintos perfiles inmunológicos o de protección cruzada son mezclados al destete en las instalaciones de transición. Esta granja de flujo continuo, donde conviven animales de muchas edades, ayudaría a perpetuar el problema. Igual ocurre en la etapa de engorde.

La entrada constante de primerizas sin protección al subtipo o subtipos presentes en la granja también ocasiona el mantenimiento de la enfermedad en la granja a nivel de madre y promueve el nacimiento de lechones sin protección. Razón por la que se recomienda que no deban ingresar primerizas, y hacer retrocruce para producir su propio plantel de reemplazo.

Como ejemplo, mencionaré que si la granja tuviera 1000 madres, y desteta a los 21 días, tendrá más o menos 2000 lechones lactando y 4000 lechones más en recría. Estamos hablando que de 7000 animales, de los cuales 6000 (85%) tienen menos de 9 semanas de edad, y de las 1000 cerdas, 200 son primerizas. Imaginémonos, en la especie humana, las proporciones serían como si tuviéramos una inmensa guardería donde los profesores se reponen un 50% anual.

 

Deja un comentario

Descubre más desde Actualidad Porcina

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo