Problemas reproductivos provocados por el calor

Autor: MV Marcelo Riveiro Dpto. Técnico LA BOTICA UPB

Existe en la mayoría de las especies animales una influencia ejercida por la luz sobre la reproducción. Al cerdo lo podemos clasificar, hablando de su reproducción, como poliéstrica continua, por tener varios estros a lo largo del año, sin una estacionalidad marcada.

Pero, hay que reconocer que la reproducción es mucho más eficiente durante los meses de invierno y primavera, y disminuye la fertilidad en los meses de verano y otoño. Esta variación, no solamente se debe al fotoperíodo (alternancia diaria de luz / oscuridad), sino también a la alimentación o la elevación de la temperatura. En el cerdo doméstico vemos que el aumento del fotoperíodo y de la temperatura actúan desfavorablemente sobre la fertilidad.

También, es muy importante el sometimiento de los machos a temperaturas muy elevadas, con lo cual podemos tener una disminución de la producción de espermatozoides, menor motilidad de estos y producción de camadas pequeñas o de menor tamaño.

Con respecto a los cambios hormonales que ocurren cuando aumentan las horas de luz a lo largo del año, la elevación de la concentración de prolactina en sangre es el cambio más importante. Esta hormona también se ve aumentada durante la lactancia, y es una de las causantes del anestro de lactación, ya que la prolactina interfiere en la liberación de las hormonas encargadas del desarrollo folicular y la liberación de los óvulos (gonadotrofinas).

Los principales componentes del síndrome de infertilidad estacional son el descenso de la fertilidad y de la prolificidad de las cubriciones efectuadas en los meses con mayor cantidad de luz y temperatura, una pobre sintomatología del celo, aumento del intervalo destete – cubrición, aumento del porcentaje de abortos, mayor número de lechones nacidos muertos y fetos momificados.

Cuando consideramos las causas que provocan este síndrome, tenemos al fotoperíodo como uno de los factores más importantes, pero también se estima como factores ambientales de importancia a las altas temperaturas del verano y el descenso del apetito.

Está comprobado que cuando la temperatura ambiente supera los 30 grados, la actividad ovárica disminuye, al igual que la manifestación del celo, a la vez que aumentan los abortos y disminuye el tamaño de la camada. También se incrementan el porcentaje de lechones momificados.

Las altas temperaturas de algunos meses del año hacen que se encuentre un menor nivel de 17 beta estradiol al comienzo del celo. Esta hormona es segregada por los fetos y, de esta manera, se realiza el reconocimiento de la preñez. Así mismo, la concentración de hormona
luteinizante es menor en intensidad y duración, y hace que halla dificultades en la ovulación. Las altas emperaturas también afectan a los machos y a su producción espermática.

Se ha visto un menor número de espermatozoides por eyaculado, una disminución de su mortalidad y poder fecundante en machos sometidos a temperaturas superiores a los 35 grados durante algunas semanas.

Igualmente, este efecto sobre la calidad seminal se va a notar el cabo de 2 a 4 semanas después de haber sufrido el estrés calórico, también se ve aumento de espermatozoides animales en el eyaculado y disminución de la libido de los reproductores machos.

Una de las medidas importantes para tener en cuenta a la hora de prevenir las repercusiones del síndrome de infertilidad estacional es el mantenimiento de un fotoperiodo constante de 12 horas de luz y 12 horas de oscuridad en las salas de gestación.

Esto es posible aplicarlo en granjas con sistemas confinados donde se puede regular este factor con luz artificial.

En sistemas intensivos al aire libre esto es difícil de manejar, pero se pueden regular otros factores que interaccionan con el fotoperiodo (por ejemplo, manejo de sombra natural o artificial), y que son muy importantes para atenuar los efectos de este síndrome. La alimentación es también un punto a tener en cuenta, sobre todo en cerdas reproductoras, ya que el apetito es menor durante el verano, esto hace perder condición corporal durante la lactancia y prolonga la aparición del celo después del destete. El alojamiento individual en verano – otoño mejora la fertilidad, en comparación con el alojamiento en grupos, más aún si estos grupos son mayores de 5 o 6 cerdas.

En granjas que usan inseminación artificial, es importante el uso de aditivos seminales para favorecer la motilidad espermática y la fertilidad. De esta forma, se puede paliar el efecto adverso del síndrome de infertilidad estacional, y así poder aumentar la eficacia económica de las explotaciones porcinas.

Deja un comentario

Descubre más desde Actualidad Porcina

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo